El Colegio de los Sagrados Corazones
La historia del colegio
Las Hermanas desde los primeros años de la fundación de la Comunidad realizada por San Alonso, admitieron en la clausura a jóvenes que educaban, según las necesidades de la época sin embargo hasta 1885 no se abrirá un pequeño colegio. En ese momento la Comunidad es pequeña y las Hermanas son mayores, necesitarán el apoyo material y espiritual de otras Hermanas Agustinas del Monasterio de Madrid, también fundado por San Alonso para continuar con la misión que Dios deseaba para la Comunidad. Cinco Hermanas reforzaron la labor educativa con sus títulos de maestras y de este modo se reconoció oficialmente el colegio en 1901.
El Colegio recibió el nombre de Sagrados Corazones porque la Comunidad tenía un gran amor a los Corazones de Jesús y María; bajo su protección y para su mayor gloria se realizaban todos los esfuerzos y sacrificios. Por eso en 1917 se entronizó el Sagrado Corazón de Jesús en el Colegio y el 31 de Mayo de 1954 la Comunidad y el Colegio se consagraron al inmaculado Corazón de María.
La familia educativa iba creciendo en un clima de trabajo y alegría; aún más con el permiso del Cardenal de Toledo se abrió el internado en 1921. Posteriormente llegó la Guerra civil. En el período de 1936 a 1939 el convento quedó muy dañado por dos bombas y se tuvo que cerrar el colegio. Las monjas tuvieron que salir del convento, pero eso también fue motivo para experimentar el cariño de sus alumnas y familiares de ellas que en muchos momentos las ayudaron y acogieron aun corriendo peligro sus vidas.
En esos primeros años aprendían solfeo, piano, costura, historia… y todo aquello que en ese momento necesitaban saber. La Comunidad vio la necesidad de ampliar el Colegio debido al aumento de alumnas y el deterioro de la casa fundacional. Fue en 1966. Un proyecto a largo plazo. Primero Infantil, después Primaria, en 1985 la inauguración y traslado al nuevo Convento e internado; sólo nos quedaba Bachillerato, y la iglesia que se inauguró el 13 de noviembre de 1994.
Lo que nos caracteriza
Formación académica
Somos un colegio católico dentro de la familia Agustiniana. Nuestro lema es “Amor y Ciencia”, pues “en la escuela de Agustín se enseña por amor a los demás y se aprende por amor a la verdad”.
Por amor a la verdad y para que esta verdad se abra paso en la mente y corazón de nuestros alumnos, impartimos las clases monjas y profesores.
Contamos con E. Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato. Intentamos que nuestros alumnos desde el inicio de su paso por el Colegio reciban una educación integral en la que a la vez crezcan y amplíen sus conocimientos y su experiencia de fe. Es tan importante aprender a leer, escribir y pensar como rezar, convivir con otros niños, despertar a la amistad y abrirse a la interioridad, la Verdad y la Trascendencia.
Apostamos por una educación de calidad, integral y personalizada en donde profesores, monjas y laicos, y el personal no docente hacen visible el ideario al que aspiramos y que se manifiesta en los grandes momentos y en los pequeños detalles de la vida cotidiana porque “estamos llamados a cosas grandes. Haz bien las cosas pequeñas y serán grandes. Ser fiel en las cosas pequeñas es una empresa mayúscula”.
Deseamos que nuestro Colegio sea una gran Familia por eso intentamos vivir en unidad y ayuda mutua alumnos, monjas, profesores y padres, primeros educadores que colaboran activamente. La unidad de todos da coherencia a la educación de nuestros niños.
Cómo vivimos nuestro carisma en el Colegio
A través de la vida cotidiana intentamos vivir también lo que somos; por eso educamos para la interioridad, la fraternidad y el servicio.
INTERIORIDAD
Educamos para el estudio, la reflexión y la interioridad con el fin de descubrir las verdades y encontrar la Verdad que se revela en Cristo, Maestro interior. “Tenemos todos un solo Maestro. Y bajo Él, todos somos condiscípulos. El verdadero Maestro habla desde dentro”.2 La oración marca el inicio de nuestra jornada con oraciones, canciones, el ofrecimiento de obras y la lectura del Evangelio. Además la confesión frecuente, la Eucaristía diaria por cursos, las charlas de formación, las visitas al Santísimo… nos conducen al diálogo y encuentro con Jesucristo.
María tiene un papel especial entre nosotros; Nuestra Madre del Buen Consejo, nuestra patrona, nos enseña a escuchar a Jesús para “hacer lo que Él nos dice”. Pequeños y mayores acudimos a la Madre especialmente rezando el Rosario, celebrando la novena de la Inmaculada, el mes de Mayo, la ofrenda floral…
FRATERNIDAD
Buscamos crear un espíritu de fraternidad a través de cordiales relaciones entre todos los miembros de la Comunidad Educativa. Porque como afirma S. Agustín: “Seremos felices si amamos al Señor, y al amigo en Él, e incluso al enemigo por Él. Así nunca perderemos ni el amor, ni al amigo ¡Cuánto disfrutamos con los amigos: conversar, reír juntos, leer en común, hacernos bromas, discutir pero sin ofensa, enseñar y aprender, añorar a los ausentes y recibir con alegría a los que vuelven! Estas son las señales del amor, fuego que funde muchas almas en una sola”. S. Agustín
Este ideal se hace más vivo en los grupos de compromiso y vida cristiana: AMIGOS DE AGUSTÍN y COR UNUM, para los alumnos actuales y universitarios, SANTA MÓNICA para las familias y Comunidades de madres cristianas Santa Mónica para madres que desean mantener viva la fe de sus hijos.
Comparten nuestro estilo agustiniano la Asociación de Antiguos Alumnos, Madre del Buen Consejo y la Asociación de Padres y Madres de Familia.
Esta alegría compartida la vivimos especialmente en las fiestas del Colegio a lo largo de todo el año: Santos de la Orden Agustiniana, Recital de Villancicos, Buen Consejo, final de Curso.
Las peregrinaciones son un momento privilegiado de encuentro festivo con Dios y con los hermanos. Son innumerables los recuerdos de tantas experiencias vividas en común: Fátima, Lourdes, Santiago, Javier,… Nos ayudan a descubrir lo que somos, como dice s. Agustín:
“Somos caminantes. Nunca te sientas contento con lo que eres o logras, porque es mucho más a lo que aspiramos. Si lo que logras te parece suficiente, no darás más pasos, no avanzarás. No te pares en el camino, no vuelvas la vista atrás, no te desvíes de la ruta. Camina hacia la meta. Tú, canta y camina”.
SERVICIO A LA IGLESIA
Nuestros alumnos van experimentando poco a poco que forman parte de una familia mayor, la Iglesia y trabajando con ella intentamos poner nuestro grano de arena en la construcción de un mundo mejor, respondiendo a la invitación de S. Juan Pablo II: “construir la civilización del Amor en nuestro mundo”. Colaboramos desde el colegio en las campañas de Cáritas, Manos Unidas, ONG Agustiniana, y en otras obras de servicio en nuestra ciudad, que ayudan a nuestros niños y jóvenes aq descubrir cómo hay más alegría en dar que en recibir.
Estamos llamados a dar luz y calor a otros como nos invita Jesús en el evangelio y lo nuestro es despertar a otros para que lo descubran. Nos exhorta S. Agustín: “Sois música que el mundo espera escuchar. Sois una orquesta en la que hay muchos instrumentos diferentes.
Pero todos están tan cuidadosamente afinados y entonados, que la audiencia sólo oye una melodía”. Nuestra unidad y amor mutuo es nuestra fuerza y el mejor testimonio que deseamos dar al mundo: “La búsqueda de Dios es la búsqueda de la felicidad. El encuentro con Dios es la felicidad misma”.